PEQUEÑOS PERO GRANDES ESCRITORES

Esta propuesta de secuencia didáctica se desarrolla en el marco del curso virtual RENOVACION DE LA DIDACTICA EN EL CAMPO DEL LENGUAJE PARA EL PRIMER CICLO, dictado por CERLAC Y auspiciado por la SECRETARIA DE EDUCACION DISTRITAL.Bajo la tutoria de CATALINA ROA CASAS Y realizada por CLARA ALICIA BECERRA VARGAS, LILIA MERCEDES ESPITIA HERNANDEZ,ELSA BEATRIZ FERIN CAMARGO Y LAURA PATRICIA SANCHEZ LEMUS.

BRUJITAS



IMAGENES DE BRUJITAS PARA ILUSTRAR LA SECUENCIA DIDÁCTICA

PEQUEÑOS PERO GRANDES ESCRITORES

La presente secuencia didáctica permite generar en el colegio un espacio para que los estudiantes de primer ciclo desarrollen sus capacidades de productores de cuentos a través de la producción de un cuento, el cual exigirá su participación activa. Además de dar a conocer sus saberes frente al tema elegido, deberán hacer uso de la lectura y escritura convencional, con el fin de materializar una historia imaginada, coherente y creativa.
De igual forma, posibilitará que los estudiantes vivan un proceso colaborativo por cuanto contarán con la mediación de la docente y los preconceptos de los compañeros frente al sistema escrito, haciendo así que cada uno avance en la comprensión del sistema escrito, en el marco de las situaciones comunicativas que exigen y fundamentan su uso su de acuerdo con sus propias necesidades e intereses.

REFERENTES TEORICOS

Desde finales de la década del 70 a partir de investigaciones sobre el aprendizaje de la lectura y escritura han surgido cuestionamientos de las formas de enseñar a leer y escribir.

“Tanto la investigación psicolingüística como la desarrollada en las aulas han demostrado que la interacción con la lengua escrita con toda su complejidad, es una condición para que los niños se constituyan en genuinos lectores y escritores. Quienes más precozmente acceden a la escritura más rápidamente progresan; quienes lo hacen a través de las verdaderas practicas reflexivas tienen menos posibilidades de fracasar en los futuros aprendizajes” [1] Prácticas que para cumplir con el objetivo de ser reflexivas, deben estar fundamentadas los intereses, necesidades y experiencias significativas de los niños y niñas que inician el proceso de escritura y en la conciencia que tenga el docente en cuanto a lo que ellos deben aprender, teniendo claro que dentro de esos aprendizajes el comprender y reconocer el sistema escrito y su uso en la vida social es fundamental.

Es así como el reto de la educación en el ciclo inicial es lograr que los estudiantes consigan que la lengua escrita que han ido reconociendo en su diario vivir y en muchos casos utilizando con sentido comunicativo, se conviertan en elementos con los que puedan expresar ideas, sentimientos e imaginaciones, pero que además de su reconocimiento y utilización, aprendan a darles vida para que sus expresiones de tipo comunicativo generen respuestas, dándoles así un uso de tipo social y por ende democrático, pues estamos en comunión con la afirmación de Emilia Ferreiro en su ponencia del 2001 en la cual resalta que “Queremos además que sean capaces de producir texto, no sólo para cumplir requisitos burocráticos (de la burocracia escolar o de la administrativa), sino para eso tan importante que es decir por escrito, poner la propia palabra por escrito y, a través de ese aprendizaje, comprender mejor la estructura, la función, la fuerza elocutiva y la belleza de los textos que otros han producido.”

En este proceso resulta imposible desconocer que el niño desde muy temprana edad está reflexionando acerca del sistema escrito y su uso en la vida social y cotidiana, de tal manera que inicia su utilización, aunque no correspondan a la formalidad del código, dando sus primeros pasos hacia el reconocimiento de la diferencia entre sus códigos y los formales, e igualmente encontrando la conexión con el sentido comunicativo del lenguaje general. Es aquí donde empieza a establecer la cercanía o relación que tiene con la escritura, pasando a construir hipótesis del funcionamiento del sistema, ayudado por la permanente mediación que hace el docente, dado que éste no es un proceso natural. Esta interacción, entre niños y niñas, y estudiantes con docente, se hace necesaria para lograr avanzar e ingresar a la cultura letrada, para establecer y mantener relaciones sociales con sus semejantes.

De modo que el reto de la escuela no es que los niños y las niñas adquieran la lectura y la escritura como elementos mecánicos con los que pueden dar respuestas a preguntas sin sentido y a requerimientos exclusivos de la escuela, sino por el contrario es brindar a los estudiantes una cercanía de tipo social con procesos que generan la posibilidad de crecer, de admirar la belleza existente en cada escrito, de respetar, opinar, construir e imaginar un mundo mejor. Es decir, posibilitar la oportunidad de construir un punto de vista propio y una voz para participar activamente de la vida social.
Esta nueva mirada de la lectura y escritura exige a la escuela desarrollar situaciones que permitan que los niños sean actores activos en las prácticas de las mismas, de tal manera que los enfrente a la complejidad del sistema de escritura, la cual exige un ser participativo, respetuoso del otro e interesado de llegar a su posible lector, haciendo así que este proceso de aprendizaje se convierte en un proceso heterogéneo y particular por cuanto posibilita la adquisición del sistema escrito a través de los textotecas que cada uno trae consigo, y particular porque permite que cada uno coloque su sello personal a sus textos.
En cuanto al rol del maestro, esta nueva mirada exige la existencia de un docente mediador, creativo, motivador y democrático, pues es quien genera espacios en los que los niños y las niñas asuman la lectura y la escritura como prácticas sociales, ya que son acciones que de acuerdo con el propósito comunicativo van a generar una respuesta. Además, es el docente quien propone retos que desestabilizan las hipótesis de los niños y les permite avanzar.

PROBLEMÁTICA

Pensar en la escuela como espacio social, es pensar en un espacio que genera momentos en los cuales todas sus prácticas de aprendizaje adquieren sentido por cuanto parten de las necesidades, intereses, experiencias y preconceptos de cada uno de los niños y niñas que allí asisten con el deseo de ser explorados y escuchados. Además de partir de los intereses y experiencias de los educandos, es pensar en la escuela que abre espacios para que éstos se preparen para la vida social. La escuela no sólo debe enseñar lo que a los niños les interesa aprender, la escuela debe ser consciente de qué es lo que deben aprender, proporcionándoles herramientas que les posibilite utilizarlas adecuadamente en su diario vivir.
La escuela pierde este sentido cuando prácticas de lenguaje que construyen seres sociales y democráticos, como lo son la lectura y escritura, continúan siendo llevados al terreno de la simple codificación y decodificación haciendo que sean adquiridos como códigos de transcripción, con un mayor o menor grado de comprensión, en donde se desconoce la importancia que tiene el uso que se haga de los diferentes materiales en diversas situaciones, tanto escritos como orales es decir trabajándolos por separado donde se lee sin sentido, se escribe parcelando la silaba, la palabra y no como lo plantea Emilia Ferreiro cuando se refiere a leer para producir otros textos, para escribir para buscar información, para parafrasear entre otros, de tal forma que podamos tener como norte un aprendizaje para el resto de la vida, y no quede atrapado en las aulas.
Por lo anterior, se hace necesario estructurar una propuesta en la que con un trabajo secuencial, previamente planeado y acorde a las posibilidades del niño, le permita adentrarse al mundo de la comunicación escrita, en el que se refleje el estilo de cada uno, acercándolo al sistema de escritura.

CARACTERIZACIÓN DE LA POBLACIÓN

La secuencia didáctica “UN PEQUEÑO PERO GRAN ESCRITOR” se implementará en estudiantes pertenecientes al primer ciclo de educación básica de las Instituciones distritales, Julio Florez Sede A (transición), San José de Castilla sede C (transición), La Amistad sede B (Primero) e INEM Francisco de Paula Santander (Grado segundo).

Los anteriores establecimientos educativos se encuentran ubicados en las localidades de Kennedy (San José de Castilla, La Amistad e INEM Francisco de Paula Santander) y Suba (Julio Florez), las cuales mantienen sus propias características culturales y geográficas que han generado un proceso de desarrollo específico en cada una.

Sin embargo y pese a las diferencias que pueden establecerse dentro los espacios geográficos, la población de niños y niñas pertenecientes a este primer ciclo mantienen características similares que están relacionadas con el momento evolutivo y de aprendizaje por las que atraviesan, como son:
• Las edades en que oscilan son entre 5 y 8 años, lo que lleva a ubicarlos en la etapa de operaciones concretas, lo cual supone la necesidad de manipular el objeto de estudio para alcanzar la comprensión del mismo, donde, el lenguaje juega un papel fundamental.
• Identifican y manejan símbolos y signos, lo que les permite aprender e incorporarse a códigos convencionales, haciéndose reconocer como seres con preconceptos y experiencias significativas que pueden ser elementos esenciales en su proceso de aprendizaje.
• Se desenvuelven básicamente en la vida social, pues ya disponen de los hábitos necesarios para ella. Entienden y respetan las normas de convivencia.
• Se encuentran en una etapa en la cual la curiosidad es un insumo bastante importante en la construcción de sus procesos de aprendizaje

En este ciclo, el preescolar y la escuela deben propender por la vinculación de la familia como principal agente educador y socializador de niños y niñas, garantes de derechos y con conocimiento de los procesos educativos. Familias que construyan en el hogar ambientes propicios, que apoyen los procesos escolares y trabajen por la construcción de la autonomía, el desarrollo de hábitos y la formación de niños y niñas felices
[2]

Cabe anotar que estas características pueden variar en su grado de desarrollo de acuerdo con las posibilidades del mismo espacio, en el que el niño o la niña se han formado, permitiéndole su avance o estancamiento.


OBJETIVO GENERAL

Lograr que estudiantes del primer ciclo produzcan un cuento usando diversa información y atendiendo al nivel de convencionalidad del sistema de escritura en el que se encuentren, dándoles la oportunidad de escribir historias para adentrarse en otros mundos posibles, para dar a conocer sus ideas interactuando con los demás.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

· Utilizar la canción “la bruja loca” como estrategia que despierte el deseo por reconstruir, de forma conjunta y utilizando el código convencional, la historia que en ésta se plantea.
· Promover la escritura y reescritura de textos a partir de una temática específica
· Utilizar diferentes tipos de información, como insumo para crear un cuento escrito
· Reconocer el cuento como un texto literario con una estructura y características específicas que deben ser tenidas en cuenta en el momento de su producción.
· Avanzar en la construcción del lenguaje escrito convencional a través del acompañamiento de la docente y compañeros.
· Involucrar a los padres de familia en el desarrollo de actividades de construcción de textos.

RESULTADOS ESPERADOS

Al finalizar la secuencia didáctica se espera que:

· Los estudiantes produzcan un cuento, escribiendo desde el nivel de convencionalidad del sistema de escritura en el que se encuentren.
· Se familiaricen con las características de un cuento y lo reconozcan como un texto literario.
· Los estudiantes de ciclo inicial hayan avanzado en el sistema de construcción del lenguaje escrito.
· Integrar a los padres de familia al proceso de aprendizaje de sus niños realizando sus aportes en la construcción de textos escritos, proporcionándoles herramientas que les permitan orientarlos.

[1] Presentación del módulo construcción de la lengua escrita. Curso virtual Renovación de la didáctica en el campo del lenguaje para los primeros grados,de autoría de Mirta Castedo, María Dapino y Alejandra Paione, bajo la coordinación editorial de Mauricio Pérez Abril y Catalina Roa Casas.

[2] Col. Públicos de excelencia para Bogotá, secretaría de educación p. 31
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